En el transcurso de mi vida he experimentado cambios, algunos leves y otros totalmente radicales. En lo personal, de entrada no me gustan del todo los cambios. Soy de las personas que siente cierta comodidad con las rutinas. Es decir, si conozco donde me encuentro y conozco lo que hago o tengo que hacer, representa comodidad para mi. Así es, la famosa zona de confort.
Sin embargo, creo que todo cambio trae cosas positivas a tu vida. Para aquellos que creemos en que no existen las casualidades. Llega el momento en que comprendemos, o por lo menos intentamos comprender, que eso que sucedió, hizo cambiáramos nuestra ruta y, pasó porque tenia que pasar. En pocas palabras, lo aceptas y te adaptas.
Pero la adaptación toma su tiempo, dependiendo de la magnitud del cambio. A la mejor hay cambios a los cuales nos podemos adaptar fácilmente, así como hay otros que nos va a tomar mas tiempo.
Recuerdo que el primer gran cambio que surgió en mi vida fue de niño. Estaba en la primaria, y mis padres por alguna razón decidieron cambiarme de escuela. A la edad de 8 años, para la mayoría de los niños, lo único que te interesa es jugar con tus amigos, y un cambio como este representa una situación totalmente incómoda y desagradable, al principio. No es fácil que te saquen de del lugar que ya conoces, del lugar donde tienes personas importantes para ti, del lugar donde te desarrollas. Claro que de momento no lo entiendes. Te envuelven sentimientos de miedo, tristeza y ansiedad el pensar en dicho cambio y en cómo será aquello que te espera, qué personas encontrarás, cómo serán contigo, etc. Si bien, las cosas no resultaron como creía final. Pronto aquellos miedos y tristezas desaparecieron, y grandes personas y experiencias vinieron a mi vida. Me adapté.
Otro gran cambio se presentó en mi adolescencia, cuando por consenso familiar, decidimos mudarnos de ciudad. Nos iríamos a una ciudad totalmente diferente, en un Estado totalmente diferente, con costumbres totalmente diferentes a las del norte del país. Otras formas de expresarse, otros modismos. Diferente ambiente, ecosistema, paisajes y climas. Para mi, era otro mundo vaya! Sin embargo, esta vez el tiempo de adaptación fue muy diferente al tiempo del cambio en la primaria. Cuando se es adolescente tus amigos representan tu mundo. Son tus carnales, tus confidentes, tu familia, tus brothers. Con los que has compartido experiencias, que comes del mismo plato y tomas del mismo vaso. Por los que das la vida si es preciso. A esa edad, lo mas importante son ellos. Por lo tanto, el separarme de mis amigos a esa edad, fue un golpe duro que me tomó algunos meses asimilar. Después de jalones y estirones con mi mente y mis sentimientos conseguí adaptarme, y eso trajo grandes personas y experiencias inolvidables a mi vida.
Por cuestiones de "sobrevivencia", otra decisión de cambio se presentó. Esta vez sería un cambio más radical. Nunca había cruzado por mi mente la idea de vivir en otro país. No estábamos hablando de una ciudad o un Estado, hablábamos de cruzar una frontera para encontrarse diferentes culturas del mundo, diferentes idiomas, diferentes razas. Los sentimientos de miedo estuvieron presentes, sin embargo los de tristeza no se presentaron esta vez. Era emocionante el vivir ese cambio. Representaba un gran reto el "conquistar" eso que estaba mas allá de las fronteras de mi país. Recuerdo que estaba ansioso por emprender ese viaje. En esta etapa de mi vida, había desarrollado una mayor habilidad para aceptar los cambios. Tenía una idea del que hacer y como hacerlo, en cuanto al control de mente y sentimientos, para salir victorioso de esta aventura. Y sin ser la excepción, conseguí adaptarme y vivir muchas de las mejores experiencias. Desarrolle habilidades que no sabía que tenía. Comprendí diferentes culturas del mundo y sus maneras de vivir. Mi horizonte mental se amplió, así como mi criterio para analizar muchas cosas. Además, conocí personas que hoy en día puedo decir que son mis hermanos del alma, que aunque no nos frecuentamos seguido, tienen un espacio muy importante en mi corazón. Al final, no solo me adapté, sino que evolucioné en mente y espíritu.
Pudiera seguir expresando momentos de adaptación a lo largo de mi vida, pero me llevaría demasiado tiempo. Por tal motivo, expreso solo algunas que fueron sumamente importante para forjarme en lo que hoy soy.
Quiero concluir diciendo esto. En nuestras vidas siempre se presentarán situaciones a las que nos debemos adaptar. Estas situaciones son las que nos llevan a evolucionar en mente y espíritu. Hay algo que el cambio siempre va a traer consigo, sin importar el tamaño de éste, sea un cambio pequeño o uno grande, y es el miedo. La incertidumbre es algo que nos vuelve locos de alguna manera, La decisión de vencer los miedos está en nosotros definitivamente, y cada decisión tiene su tiempo. Entre más miedos vencemos más evolucionamos. A todos se nos presentan cambios y tiempos de adaptación en nuestras vidas, sin embargo es decisión de aceptarlos o de esperarnos para agarrar valor. Tampoco se trata de sentirse mal si decidiste no hacerlo en el primer intento, dale su tiempo. Pero si me gustaría invitarte a que, en el momento que creas correcto y digas ¡hasta aquí!, abraces la oportunidad del cambio y tomes la decisión de adaptarte a el.
¡Ánimo!
